Durante el proceso de diagnóstico y limpieza del cuadro se descubrió, por debajo de la capa de oxidación de pintura, la inscripción Graciela Aranís París 1929, lo que permitió asignar autoría, año y lugar de producción de la obra. Antes de esto, se consignaba anónima y sin título en los inventarios del Museo, desde su ingreso a la Colección en 1967. La obra ingresó al acervo del Museo por donación de René Meza Campbell, arquitecto de la Universidad de Chile y profesor de la Escuela de Artes Aplicadas, quien en 1928 fue becado a Europa donde compartió con Aranís, también becada en la capital francesa, tras el cierre parcial de la Escuela de Bellas Artes por el gobierno dictatorial de Carlos Ibáñez del Campo. Por esta razón, y porque la obra aparece en la lista de obras enviadas por Aranís al Salón Oficial de 1929 como “396. Meza Campbell”, podemos establecer que el personaje retratado es el propio René Meza Campbell.
Si nos detenemos a observar, la figura masculina de medio cuerpo y en escorzo se gira sobre la silla dejando ver, en el lado izquierdo del segundo plano, una regla T sobre la mesa, instrumento utilizado para realizar dibujos técnicos, a partir de líneas rectas y ángulos, un tipo de dibujo característico de los arquitectos, pero también de los movimientos ligados a la abstracción geométrica como el cubismo. La obra presenta un dibujo constructivo y estilizado en el rostro y la mano del retratado a partir de líneas generadas por el contraste de luces y sombras. Siendo este cuadro catalogado por el crítico de arte Nathaniel Yáñez Silva en un artículo sobre el Salón de 1929 como exponente del modernismo pictórico.
Amalia Cross, Catálogo Razonado MAC, 2017.