Abelardo Araya fue un escultor de origen humilde que aprendió su oficio de la tradición artesanal, trabajando como tallador en diversas iglesias. Desde 1941 y por más de 30 años, fue profesor de decorado y tallado en la Escuela de Artes y Oficios de Santiago.
Su obra escultórica se caracteriza por el predominio de cabezas y retratos realizados casi todos en madera. Las primeras obras poseen un mayor realismo, y es a través de la técnica que su obra va cediendo progresivamente a la geometría de los cortes, creando perfiles y ángulos que sintetizan los rostros y remarcan los rasgos mediante luces y sombras. Como es el caso de esta obra, un retrato de Gabriela Mistral realizado en 1945, el mismo año en que la poeta chilena recibió el Premio Nobel de Literatura, y que Araya presentó al Salón Oficial de 1946.
Este busto, que muestra principalmente la cabeza y una pequeña parte del cuerpo sin hombros como base, fue tallado en una sola pieza de madera. El artista ha trabajado la figura diferenciando tres zonas, teñidas de tonalidades diferentes y con diversas texturas, que van de lo más liso y claro del rostro a una mayor rugosidad de la textura original del árbol en la parte posterior de la cabeza.
Amalia Cross, Catálogo Razonado MAC, 2017.