L’Hystérie a joue un rôl important dans les visions démoniaques (1963) pertenece al período informalista-matérico que Cruxent desarrolla entre 1958 y 1965. Aunque se desconoce la vía y fecha de ingreso a la Colección del MAC, el artista es citado en carta de 1964 del director del Museo, Nemesio Antúnez, a Marta Traba, directora del Museo de Arte Moderno (MAM) de Bogotá, por lo que es posible suponer que la obra ingresó a la Colección con motivo de la exposición Pintores de Venezuela en Chile, en 1963, que probablemente sea la misma exposición 22 Pintores venezolanos de hoy que cita la bibliografía venezolana.

El título de la obra parece indicar que Cruxent estaba familiarizado con los textos que sientan las bases espirituales del Art Brut, especialmente con Totem y Tabú (S. Freud) y La Llave de los campos (A. Bretón).

Vista de cerca, la obra evoca el hallazgo de restos funerarios de épocas remotas y el detritus que surge de los sucesivos horizontes que emergen en una excavación. Vista a la distancia, el trabajo sobre las texturas recuerda las configuraciones orográficas retratadas por una fotografía aérea. La disposición vertical de la pieza parece contradecir la aparente disposición cenital de los materiales, oponiendo con ello dos formas de la contemplación: la tradicional del cuadro y la cenital propia del yacimiento. Este recurso parece exacerbar en el espectador la contradicción vital entre pasado y presente, vida y muerte; pero también lo invita a buscar en el título la justificación de los recursos formales y sus efectos estéticos, proponiéndole remontar una cadena simbólica que une psique e imagen.

Guadalupe Álvarez, Catálogo Razonado MAC, 2017.