Schlachtfeld

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En 1920 Kollwitz fue admitida en la Akademie der Künste de Berlín, siendo la primera mujer en ingresar a esta institución. La artista firmó el Dringenden Appell (Llamado de atención), un documento donde diversos intelectuales y académicos alemanes advertían de los posibles peligros de una asunción de Hitler. Ese gesto la obligó a que en 1933 tuviese que renunciar a su cátedra de Artes Gráficas en la Prussian Academy of Art, donde había obtenido su membrecía en 1919. En 1936 es detenida junto a su esposo Karl Kollwitz por la Gestapo, y gracias a su fama pueden huir de Berlín. Su esposo fallece en 1940, al igual que uno de sus nietos en los campos de batalla. Su taller donde tenía una amplia colección de dibujos y grabados, fue quemado por completo por los bombardeos sobre la capital alemana.

Como se puede ver, la guerra, tanto como concepto a trabajar como acontecimiento experimentado, fue clave para la producción de esta artista, que intentó reflejar los hechos más trágicos que pueden vivir los hombres y que a ella le afectaron de manera directa. Uno de sus hijos, Peter Kollwitz, muere en al campo de batalla durante 1914, en la I Guerra Mundial en el frente de Flanders, haciendo que el motivo de cuerpo derrotado por la guerra fuera un tópico habitual dentro de sus obras. Sin embargo, muchas veces estos muertos eran acompañados por mujeres o seres indeterminados que buscaban a los caídos. La mujer que busca a su hijo y que termina abrazándolo en medio de los crímenes de guerra, en medio de la locura, se basa iconográficamente en La Pietà. Ulrich Weisner, en su ensayo “El arte de Käthe Kollwitz”, reproduce una declaración de la artista: “Siento que no puedo esquivar la tarea de ser abogado. Debo expresar el sufrimiento de los hombres, ese sufrimiento que nunca acaba, que ahora es grande como una montaña” (Meckel; Weisner y Kollwitz, 1967).

Matías Allende, Catálogo Razonado MAC, 2017.