Vestidas de luto

Lecaros (1)

Estas características están presentes en la obra Vestidas de Luto, donde a modo de una escenografía se representa con mínimos elementos, un árbol, un círculo rojo que semeja el sol y sobre el plano abatido, el esbozo de una esquina solitaria con una mujer y una niña tomadas de la mano. Ambas figuras planas, oscuras, vestidas de gris y mirando al frente, con esquemáticos rostros taciturnos, en una gama oscura que se espesa hacia el fondo hasta perder los límites del espacio.

El cuadro se compone con una figura principal femenina, representada frontalmente en el centro, a la izquierda un árbol de tronco recto y escaso follaje (variación del que encontramos en otras obras) y, a la derecha, un círculo de centro rojo que semeja el sol, nota curiosa si consideramos el aspecto nocturno de la escena. La artista volverá a utilizar este mismo modelo compositivo, por ejemplo, en Recordando a Harriet Tubman de 1968, un homenaje a la mujer que luchó por los derechos de los afroamericanos a fines del siglo XIX en Estados Unidos. La predominante presencia femenina en sus obras establece un particular interés de la artista por el rol de la mujer en el arte y en la sociedad. Este tema quedó plasmado en su libro Cartas a una pintora (1984), donde escribe: “Creo que la mujer en este avanzado siglo XX, está en condiciones de crear arte que posea cierta expresión del alma femenina; este sentir de la mujer que es distinto al sentir del hombre en general. Deberían expresar el alma de la mujer, el sentir femenino, creando con ciertas características que le son propias” (Lecaros, 1984, p. 40–43).

Amalia Cross, Catálogo Razonado MAC, 2017.