Paisaje venezolano es un óleo sobre madera que representa una escena pintada a plein air, aun cuando los motivos son clásicos y sin una ruptura radical del punto de fuga; se demuestra una influencia moderna en la composición, con un predominio compositivo sintético y recortes azarosos. De composición apaisada, vemos que el plano de cielo se ve disminuido en relación al plano de tierra, que ocupa casi cuatro quintos de la superficie total. Existe un predominio de líneas diagonales que se proyecta desde las laderas de los montes bajo el cielo, la pradera montañosa y sinuosa se recorta por árboles que dominan el primer plano. Este paisaje representa una zona en vías de urbanizarse, el fondo del Monte Ávila es total, y eso nos permite determinar sus coordenadas en la capital venezolana de la década del 30. En la esquina inferior derecha, un árbol que se proyecta largamente en la composición, cobija tres figuras humanas, dos de ellas sentadas y una tercera recostada que nos da la espalda. En el centro del plano, hay un conjunto de viviendas bajas sin ornamentos en la fachada y techos de tejas. Los árboles más altos, que se proyectan de la esquina donde están las figuras humanas, presentan una leve inclinación hacia el centro. Dicha sutil diagonal impide que ocurra un abatimiento del plano sobre los espectadores, llevando las montañas fuera de la pintura. Estos árboles son los apamate, arbolada típica caraqueña.
Matías Allende, Catálogo Razonado MAC, 2017.