El eco perdido fue realizado el año 1964, en Lima: el artista preparó la matriz en el taller que había implementado en su propia casa y realizó la edición con la prensa de la Escuela Nacional de Bellas Artes, equipamiento que empleó en varias oportunidades con anuencia del director del Taller de Grabado, quien estaba interesado en que sus alumnos presenciaran el proceso de trabajo de un artista visitante. En 1966 fue reimpreso nuevamente en las mismas instalaciones. La reproducción de un ejemplar de esa segunda edición aparece en la página 123 del catálogo que documentó la exposición antológica de Eduardo Moll, realizada el año 2009 en el Instituto Cultural Peruano Norteamericano (ICPNA).
Esta obra monocroma pertenece a los grabados en metal realizados por el Moll en la ciudad de Lima entre 1962 y 1968, los cuales se dividen en dos estilos: aquellos que evocan a la pintura característica de Moll, en cuanto al trazo lineal raudo y gestual de su impronta, y aquellos en los que encontramos un contrapunto de formas circulares y cuadrilaterales –no ortogonales– que gravitan independientemente o colisionan entre sí, quebrándose sobre fondos grises esfuminados.
Manuel Munive, Catálogo Razonado MAC, 2017.