James Smith estudió en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad de Chile, donde fue alumno de Pablo Burchard, Gregorio de la Fuente y Gustavo Carrasco. A pesar de ser un artista poco conocido en la actualidad, la documentación del período nos permite afirmar que la pintura Composición, de 1959, y la producción pictórica que desarrolló contemporánea a ella, fue reconocida y validada por los circuitos profesionales de entonces.
Integrante estable del Grupo Rectángulo desde su fundación en 1955, Smith adhirió plenamente al llamado a desarrollar un arte constructivo fundacional en Chile. Curiosamente, en el catálogo de la muestra que conmemora los cuatro años de la fundación de Rectángulo (Sala de Exposiciones de la Universidad de Chile, octubre 1959), fue publicada la imagen en blanco y negro de esta obra, girada en 180º y fragmentada a lo largo de su costado izquierdo, justo donde consigna su firma.
La verticalidad, una variada gama de tonos claros y el dibujo mandatan esta obra, en la cual el artista genera una compleja composición que superpone planos geométricos de color sobre una base rosada y gris. En ocasiones simula planos transparentes que en realidad son construidos con variantes de una misma tonalidad, preparadas por separado y aplicadas cuidadosamente para representar continuidad, lo que denota un manejo ejemplar del color y un gran dominio del oficio de la pintura. Para lograr este efecto, Smith modifica incluso el negro, como se puede apreciar en el costado izquierdo, bajo la cálida luz plana que pareciera provenir de un traslúcido trozo de acrílico anaranjado. Las transparencias, presentes también en otras pinturas del autor, sugieren una arquitectura de espacios interiores que otorga distinción a sus obras.
Caroll Yasky, Catálogo Razonado MAC, 2017.