La exhibición está basada en el terremoto de Chile en 1960 y los efectos que tuvo en sus territorios y habitantes. Este trabajo se enfoca en las comunidades lafkenches en la Araucanía/Wallmapu de Chile, que son el relato vivo de la experiencia telúrica y desastre ambiental y a través de esta instalación inmersiva se transmiten las narraciones y simulaciones de lo vivido.

Así, con una mezcla de una estructura habitable con proyecciones 360º, sistemas de movimiento mecánico y sonido envolvente, junto a extractos de entrevistas, esta muestra busca producir una experiencia alternativa del mayor terremoto en la historia humana.

La instalación se sitúa desde la perspectiva de la roca Panku, que se ubica en el mar frente a una cancha de Nguillatún, y que no es sólo una roca, sino un “toro” con efectos sobre el clima y terremotos, cuyas cualidades cambiaron después de de 1960, y que condensa cuatro aspectos particulares de la experiencia de estas comunidades: la agencia de las cosas, la eficacia del rito, el vínculo entre terremotos y volcanes, y la circularidad del desastre.