Al hombre a quien impulsan los deseos de búsqueda, al tener en sus manos un trozo de arcilla blanda y sensual, junto con sus ansias de lo, no alcanzado va prolongando suavemente entre sus dedos el impulso natural de las formas y el espacio.
Al hombre a quien impulsan los deseos de búsqueda, al tener en sus manos un trozo de arcilla blanda y sensual, junto con sus ansias de lo, no alcanzado va prolongando suavemente entre sus dedos el impulso natural de las formas y el espacio.