Cuando en 1939, Fernando Morales ingresó a la Escuela de Bellas Artes se destacó de inmediato por la vitalidad que acusaban sus cuadros. Su impulso emocional, su empuje, la pasión que demostraba por la pintura le colocaron en un lugar preeminente.
Cuando en 1939, Fernando Morales ingresó a la Escuela de Bellas Artes se destacó de inmediato por la vitalidad que acusaban sus cuadros. Su impulso emocional, su empuje, la pasión que demostraba por la pintura le colocaron en un lugar preeminente.