El Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile inicia su programación 2024 inaugurando ocho exhibiciones en su sede del Parque Forestal. Se trata de muestras individuales, que a través de una multiplicidad de formatos como la escultura, la fotografía e instalación, transitan por temas como el paisaje y la extracción de recursos, los efectos del humano en la naturaleza, la vinculación con lo más que humano, entre otros. La ceremonia de inauguración se realizará el jueves 4 de abril desde las 18h en Ismael Valdés Vergara 506 (Santiago). El hall del museo abrirá sus puertas con música en vivo, gracias a la alianza permanente con Hasta Pronto Brewing Co. La ceremonia inaugural será a las 19h.
Las muestras que se inaugurarán son: Impulso vital, Federico Assler. Curaduría de Ramón Castillo; Hubo un viento, Fiorella Angelini; Concha en ácido, Elizabeth Burmann. Curaduría de Sergio Soto; Silencio amplificado, Cecilia Flores; Atacama, Patrick Hamilton. Comisariada por Sergio Parra; Adormecer a los felices, Pablo Jansana. Curaduría de Sebastián Vidal; Reliquias del pantano, Camilo Ortega. Curaduría de Paola Nava; y Niña hermosa, Sebastián Salfate. A estas exhibiciones se suma Rostro de Chile. Exposición de la Universidad de Chile. 1960, que permanecerá abierta hasta el 23 de junio.
En la jornada, además, se iniciarán las celebraciones del aniversario número 50 de la llegada del MAC al edificio Academia de Bellas Artes, en el Parque Forestal, ubicado en la fachada poniente del Palacio de Bellas Artes. En 1974, el Museo de Arte Contemporáneo se trasladó desde el Partenón de Quinta Normal hasta esta emblemática sede, fortaleciendo el vínculo permanente entre el museo y la Universidad de Chile, con el patrimonio, la experimentalidad, el conocimiento y la academia.
“Este año lo iniciamos conmemorando medio siglo desde el arribo del MAC a este edificio de Parque Forestal, cuyo objetivo inicial fue albergar la Academia de Bellas Artes. Hace 50 años las salas que acogen las muestras y el quehacer del MAC eran, en realidad, salas de clases, como también los talleres de los maestros que dieron vida a la enseñanza disciplinar del arte en Chile”, cuenta el Director del MAC, Daniel Cruz. “Celebramos nuestra historia en este edificio con un gesto de apertura al Parque, a nuestro contexto de barrio y ciudad. El MAC apertura, en la Sala de Conferencias Guillermo Nuñez, una ventana del edificio academia para conectarnos, en una señal sutil de flujos, luces y nuevas miradas, desde un gesto arquitectónico. Este 2024 lo comenzamos honrando a quienes formaron y se formaron, y a quienes hoy exhiben en los mismos espacios. A lo largo de nuestra historia, nos hemos consolidado como un lugar donde el conocimiento desde la práctica del arte se proyecta, cruza y tensiona, para presentar nuevas formas y narrativas de una expresión fundamental, como las que presentan ocho artistas que nos acompañarán en este primer periodo de exhibiciones”, cierra el Director.
Sobre las exhibiciones
Impulso vital, Federico Assler. Curaduría de Ramón Castillo
La obra de Federico Assler (Santiago, 1929) se vale de varios lenguajes: dibujo, pintura, escultura y objetos encontrados. No es posible establecer qué es primero, pues en su proceso creativo confluyen todas estas dimensiones. La selección de obras de esta exhibición, realizadas entre los años 90 y la actualidad, está unida por la investigación de formas que se refieren al impulso vital en sus distintos estados de resolución y factura material. Algunas piezas están inacabadas otras, muy próximas a la pieza final en Aislapol y luego en hormigón. Se trata de formas orgánicas en perpetuo movimiento, que comenzaron en el gesto corporal, desafiando la gravedad, emergiendo, deambulando y elevándose.
Hubo un viento, Fiorella Angelini
En Hubo un viento, la artista Fiorella Angelini (Coquimbo, 1990) presenta fotografías de lugares como Coya, el Valle del Elqui, Santiago, Conguillio y Rancagua. Los registros rehúyen la separación de cultura y naturaleza, e insiste en ecologías que descentran lo humano. Sus intereses son lo que podríamos llamar postnaturales, propios de una contemporaneidad en que territorios y cuerpos viven en carne propia la lenta violencia de un extractivismo desatado y una cultura de consumo. En la muestra, el desenfoque, la sobreexposición y el glitch inquietan la mirada convencional del ojo, y la superposición y el collage permiten entretejer múltiples capas, geografías y voces.
Concha en ácido, Elizabeth Burmann. Curaduría de Sergio Soto
La artista Elizabeth Burmann (Santiago, 1992) invita a repensar los efectos del ser humano en la naturaleza, especialmente, en el mar. Hoy, crustáceos, moluscos y comunidades planctónicas padecen la disolución de sus cuerpos por la acidificación de los océanos, a partir de la acumulación de gases en la atmósfera. Desde hace un tiempo, pensadoras feministas se han sumergido hacia los mares, advirtiendo su vitalidad e imaginando formas de vida renovadas. La muestra, cuyo título hace referencia al ensayo “Your Shell on Acid” de la teórica Stacy Alaimo, se aleja de los relatos dominantes donde “lo humano” se impone jerárquicamente sobre cuerpos femeninos, cuerpos no normativos, subalternidades y otras formas de vida.
Silencio amplificado, Cecilia Flores
En la obra instalativa Silencio Amplificado, Cecilia Flores (Puerto Aysén, 1982) presenta objetos de cerámica que han sido elaborados mediante técnicas prehispánicas, utilizadas hace siglos en la producción de vasijas. Desde las piezas emanará un agradable silbido como una reacción paradójica a hechos de violencia que se mencionen en redes sociales, gracias a un sistema de análisis de datos en vivo. La artista aborda la objetualidad de lo doméstico, con teteras, floreros, y más, para remitir al silencioso espacio del hogar, espacio que igualmente puede ser el territorio de una violencia silenciada.
Atacama, Patrick Hamilton. Comisariada por Sergio Parra.
Desde hace más de dos décadas el artista Patrick Hamilton (Lovaina, 1974) ha centrado su práctica e investigación artística en torno a las relaciones entre arte, política y economía en el contexto de las últimas décadas en Chile. Atacama, ofrece imágenes del desierto del mismo nombre, intervenidas, en clave minimalista, con chapa de cobre. Estas simples intervenciones virtuales sobre el paisaje, que superponen el metal rojo a piedras, arenas, quebradas, cerros y montículos, hacen referencia a las múltiples historias -pasadas, presentes y futuras- que el desierto “más árido del mundo” encierra.
Adormecer a los felices, Pablo Jansana. Curaduría de Sebastián Vidal
Adormecer a los felices presenta el trabajo reciente del artista chileno Pablo Jansana (Santiago, 1976). La muestra está compuesta por una selección de obras de pequeño, mediano y gran formato que despliegan, en su conjunto, un vistoso ejercicio pictórico y conceptual. Esta serie integra diversas propuestas materiales y cromáticas que otorgan en su recorrido un panorama de su pensamiento político, afectivo y visual de la historia reciente. Para realizarlas, Jansana ha tomado como base elementos provenientes de diversos campos, como la literatura, el cine, la teoría crítica, la cultura visual y los medios de masas; y ha centrado su atención en indagar la memoria traumática, los símbolos de identidad nacional, los aspectos cotidianos de la vida, algunos eventos noticiosos, así como los sueños, anhelos y fracasos del período conocido como post-dictadura.
Reliquias del pantano, Camilo Ortega. Curaduría de Paola Nava
A partir de objetos que funcionan como pistas, palabras como símbolos y sonidos que son guías, en Reliquias del pantano, Camilo Ortega (Iquique, 1985) invita a explorar el imaginario cultural de las zonas fronterizas, tomando como punto de partida la región norte de Chile y ahondando en la noción de intercambio desde lo cultural y mercantil. El artista investiga este territorio y cuestiona su origen, sobre todo al revisar las aduanas como entes reguladores que determinan lo que pasa y lo que se queda, abriendo la dicotomía control/no control.
Niña hermosa, Sebastián Salfate
Desde 2018 el artista visual y cineasta Sebastián Salfate (Santiago 1986) ha investigado y registrado la popular animita conocida como Niña Hermosa, construida en recuerdo de Astrid Soto, que desde 1998 se encuentra ubicada a la altura del kilómetro 22 de la Ruta 78. Durante décadas, Niña Hermosa ha convocado a una gran cantidad de devotos que se encomiendan a la animita para pedirle por los vivos y, a modo de intercambio, la llenan de obsequios. Pensada como video-paisaje, la obra es una mezcla entre una documentación cronológica y un ejercicio de memoria que incluye el relato de la madre de la joven fallecida, testimonios de otros familiares, así como de custodios de la animita, devotos y de trabajadores y personas cercanas a la empresa constructora encargada de ampliar la autopista.
Fechas y horarios:
Todas las muestras estarán abiertas hasta el 23 de junio de 2024.
Visitas de martes a domingo, de 11 a 17.30h. Se recomienda último acceso a las 17h.
Lunes y festivos cerrado.
Entrada liberada.
Agenda de visitas mediadas pedagógicas: marcelamatus@uchile.cl
Contacto prensa:
Domingo Fuentes Z.
prensamac@u.uchile.cl
Julio Saavedra E.
julio.saavedra@uchile.cl
Portada: obra de Fiorella Angelini