Hundertwasser, Friedensreich

Viena (Austria) 1928 – RMS Queen Elizabeth 2 (Océano Pacífico) 2000

686 Good morning city – Bleeding town

Imagen de Prueba

Otros títulos: 686 Buenos días ciudad – Sangrante ciudad (traducción)

Año: 1971

Tipología: Grabado

Técnica: Serigrafía sobre papel

Dimensiones: 84,9 × 55,8 cm

Nº Inventario: 1076274–k | 020301001006321

La obra que se guarda en la Colección del MAC corresponde a una ejemplar de la serie 686 Good Morning City – Bleeding Town. La serie completa consta de 10.000 copias, subdivididas según diversas variantes en la distribución de sus 18 colores, incluyendo tonos metálicos y fosforescentes. Son tres subseries, una de 6.400, otra de 1.600 y otra de 2.000, la “edición fosforescente”. Esta última, a la que pertenece la copia del MAC, se divide nuevamente en 10 variaciones de color (este ejemplar corresponde a la variación “KK”), que de nuevo se divide en cuatro variantes según el uso de los colores metálicos; en definitiva, solo existen otras 49 copias idénticas a la versión que se guarda este Museo. El esquema general de color se puede ver en la esquina inferior izquierda, y sobre él también encontramos un muestrario de los tonos utilizados. Con toda esta compleja subdivisión de la serie, Hundertwasser buscaba una combinación entre una obra original y masiva a la vez. La serie 686 Good Morning City – Bleeding Town corresponde a su primera obra gráfica de gran tiraje. Trabajó dos años en ella y le llevó incluso a un pleito en los tribunales para intentar mantener un precio bajo por cada ejemplar en el mercado.

La serie corresponde a una versión gráfica de 151 Blutende Häuser, una pintura de 1952 (técnica mixta sobre panel, colección privada, Viena; seguimos la data del catálogo razonado del artista). Esta temprana obra ya mostraba el particular imaginario fantástico de Hundertwasser y su visión de la arquitectura, de ahí la presencia de rascacielos irregulares y llenos de colores (cabe recordar que Ludwig Mies van der Rohe construye su primer rascacielos de acero y cristal en Chicago en 1951). Estos rascacielos, según el artista vienés (Schmied y Fürst, 2002, p. 237–238), viven, sufren y sangran a través de los colores complementarios (rojo-verde, azul-naranja). Como en buena parte de la obra de Hundertwasser, pueden percibirse ecos de los movimientos y artistas que más lo influenciaron, como la Secesión vienesa y Gustav Klimt, o el Expresionismo y Paul Klee.

Claudio Guerrero, Catálogo Razonado MAC, 2017.