Astillero del Maule es una de las pinturas más representativas de Caracci, no solo porque fue conocido como el “pintor del maule”, ya que usaba recurrentemente como motivo los paisajes de esa zona centro sur de nuestro país, sino también por la manera en la que compone el cuadro, puesto que este paisaje realizado a plein air representa lo tradicional de la pintura costumbrista chilena. El motivo elegido por Caracci es un asentamiento típico de las zonas rurales y fluviales, el astillero, aquel puerto improvisado donde se arreglan las embarcaciones pesqueras, construcciones de precarias características que cumplen el cometido de resguardar en sus momentos de descanso a los pescadores y reparadores, a la vez que sirven para guardar los utensilios necesarios para las labores de reparación. La composición en tres tercios, nos presenta en primer plano el río y dos embarcaciones que esperan para zarpar o para su mantención por el astillero. Dicha construcción en medio del plano rodeado por árboles y montañas, muestra las faenas de reparación de un barco.
Una pequeña figura humana recuerda y remite la labor que le da sentido a la composición; se sugiere la acción del trabajo de manera ínfima, en comparación al resto de la pintura, que representa la naturaleza inmensa. Finalmente, en el plano superior, un cielo tranquilo con algunas nubes arremolinadas, sugieren el predominio de una luz total, la que debió haber permitido generar esta pintura en su precisión de los colores. Las partes más altas del plano del cielo están totalmente atormentadas. El uso de técnicas pictóricas diversas complejizan la obra. Así por ejemplo, un frottage en algunas zonas, ubicado con bastante cuidado sobre otras donde se aplicó empaste.
Mediante este tipo de procedimientos, Caracci logra una síntesis del paisaje en los ramajes o el cielo, por destacar algunos momentos en la pieza.
Matías Allende, Catálogo Razonado MAC, 2017.