Martínez Bonati, Eduardo

Santiago (Chile) 1930

Manzana

Otros títulos: Manzana roja

Año: 1966

Tipología: Pintura

Técnica: Óleo sobre tela

Dimensiones: 100,5 cm × 100,5 cm

Nº Inventario: 1075705–3 | 020301001005631

Crédito fotográfico: © Eduardo Martínez Bonati, Manzana, 1966. Colección MAC, Facultad de Artes, Universidad de Chile. Fotografía: Jorge Marín

Esta pieza es más cercana a la gráfica, sin dejar de lado el color, donde se diferencia de las piezas antes mencionadas. La obra no se sostiene necesariamente por la disposición de color y la materia sobre el soporte. Acá, tal como en el grabado, es el dibujo lo que configura la obra. El componente de discurso político respecto a Manzana, se combinó tras su paso por los Estados Unidos, con la exploración de nuevas estrategias procedimentales para sus obras, con el fin de su masificación. Uno de sus compañeros de trabajo en Signo, Alberto Pérez, ya se refería a esta composición política señalando: “Rechazamos el aislamiento, la concepción del arte como función elitaria y manifestación gratuita. Queríamos compartir responsabilidades. El grupo nunca confundió, sin embargo, esta adhesión al mundo exterior con una superficialidad o improvisación en el quehacer cotidiano. (En el esfuerzo por definir el “como”, Bonati se desplazaba horas frente a la tela con la espátula, precisando cortes, afinando superficies que le permitieran perfilar los sueños de sus gitanas y hacer rodas sus soles)” (Pérez, 1984).

En su paso por Nueva York, Bonati conoció los inicios del Pop Art, además de la masificación y efervescencia circulatoria de obras resultantes de medios técnicos como la serigrafía. Manzana en cierto sentido ironiza la masificación pop por medio de las láminas serigráficas. Los colores vibrantes que parecen ser replicados en la obra, realmente están construidos por una paleta muy compleja a partir de grises, en contraste a los colores puros ocupados por esta corriente norteamericana e inglesa. En términos de factura el uso de las veladuras, la fina aplicación de los colores de manera uniforme y los juegos de luz, demuestran el manejo y uso de una ejecución tradicional dentro de la pintura. La manzana, que puede parecer un motivo intrascendente, alejado de los referentes de la industria y el mercado que eran el centro de los recursos ocupados por los artistas del período, rescata la tradición clásica (el ejercicio de taller, la ejecución del bodegón) para transformarlo en una caricatura contemporánea. Aun cuando el cuadro está pintado en su totalidad, siendo un perfecto cuadrado, realiza recortes azarosos para generar una composición rectangular que comprime el espacio de disposición de la manzana. El blanco que enmarca el recorte rectangular está compuesto por tonos de carmín apenas perceptibles, pero que con la focalización del ojo hacia la manzana que “levita” sobre este contorno púrpura se intensifica el color del fruto, se despega de la tela, se abate sobre los espectadores.

Matías Allende, Catálogo Razonado MAC, 2017.