La Piladora es una xilografía, pero el artista ha trabajado la imagen a partir de un grabado original el linóleo. Es con una tercera impresión en madera que ha añadido el color amarillo del fondo, quedando este enmarcado de manera irregular por el negro a fin de resaltar la silueta de la mujer pilando (pilar: machacar el maíz en un pilón o mortero hecho a partir de un tronco ahuecado).
De espaldas, con sus brazos extendidos, empuñando el mazo, separadas las piernas, calzada con alpargatas, el vestido casi todo sombreado, el torso algo encorvado, el cabello cubriéndole el rostro: todo revela tensión por el esfuerzo físico. La figura desgarbada, anónima, parece responder al deseo del artista de dar una imagen de la mujer campesina en una faena doméstica, ya desaparecida en nuestros días por el proceso industrial.
El artista ha seguido de cerca el grabado chino contemporáneo, donde es frecuente el color: “a mí me atrae la utilización del color, más allá del acostumbrado blanco y negro”, ha declarado; también se ha referido a su procedimiento técnico: “primero dibujo y viene la talla en madera en blanco y negro. Luego otra plancha para explotar la textura de la madera. Finalmente, una tercera plancha para la aplicación cromática. La superposición nos entrega la obra definitiva” (Trujillo, 1982, p. 9).
Roldán Esteva, Catálogo Razonado MAC, 2017.