Espinosa, Medardo

Santiago (Chile) 1918

Quijote y Sancho

Año: Sin data

Tipología: Grabado

Técnica: Linóleo sobre papel hilado de 90 g

Dimensiones: 30,2 × 22 cm | 40,5 × 29,9 cm

Nº Inventario: 6389

Crédito fotográfico: © Medardo Espinosa, Quijote y Sancho, sin data. Colección MAC, Facultad de Artes, Universidad de Chile. Fotografía: Jorge Marín

El grabado nos muestra en primer plano y semiperfil a los rostros de don Quijote y Sancho Panza, legendarios personajes de ficción creados por Miguel de Cervantes. Para construir el rostro de estos seres de ficción, Espinosa parece haber recurrido a la caricatura y a la fisiognómica, antigua tradición intelectual que atribuye una estricta correlación entre rostro y carácter. Esta tradición posee vinculaciones históricas con las bellas artes y el grabado. Cabe recordar que, desde el Renacimiento en adelante, varios artistas recurrieron a la fisignómica de diversos modos, así como también los juicios al respecto de Leonardo o, más cercanos a nosotros, el influyente método de representación de las pasiones de Charles Le Brun. Además, fue a través del grabado que se ilustraron los tratados que difundieron la fisiognómica a través del tiempo.

Don Quijote y Sancho han sido reconocidos como arquetipos opuestos de la naturaleza humana y, en tal sentido, el grabado de Espinosa los muestra enfrentados en sus rasgos y configuración formal. El Quijote, idealista, imaginativo y gran lector, es representado a través de un rostro en extremo alargado, en el que predomina el sentido vertical a tal punto que sus enormes ojos también apuntan hacia arriba. Se destacan por su fineza los labios, el bigote, la nariz y la forma de las orejas. La forma ovalada de su rostro se vuelve inusualmente voluminosa en su frente, como otro refuerzo visual del carácter mental y elevado de esta figura. En tanto, Sancho, pragmático y prosaico, se representa también con un rostro ovalado, pero uno que tiende a la horizontalidad, como una bola achatada. Sus voluminosas cejas unidas que cierran una frente diminuta, sus ojos adormilados, sus grandes orejas, su nariz ancha y chata, las greñas que forman su bigote, su enorme boca cerrada por gruesos labios, todo en él tiende a lo horizontal, a lo tosco y lo desaliñado. Todo el peso y el volumen de su cabeza parecen concentrarse en la parte baja, en la boca y en las abultadas mejillas, como signo de quien tiende a lo terrenal y lo sensual.

Claudio Guerrero, Catálogo Razonado MAC, 2017.