Sin título, de 1985, estaba hecha de diez series de pinturas de pequeño formato. Cada una de las series representaba diferentes asuntos: dos figuras abstractas, una marina, un copihue, una naturaleza, un signo, un elemento abstracto, una imagen prehispánica, una pintura de cartel y una letra “A”. La obra pasó a formar parte de la Colección del MAC en calidad de reedición de la versión de 1985. Los mayores cambios tuvieron que ver con alteraciones a las series iconográficas que de diez pasaron a nueve: dos elementos abstractos (un círculo y una mancha), dos referencias al mundo de la cocina (un ají y un asado), un cuerpo caminando, una imagen apropiada de la revista Condorito, una naturaleza muerta, una flecha indicando la derecha y una letra “A”. Las series pueden organizarse según signos (una flecha y una letra “A”); elementos abstractos (manchas o puntos de color) o bien iconografías populares (Condorito, un soldado de juguete, comidas típicas). También pueden ser agrupados en relación al ejercicio pictórico: forma y contenido; modelo y copia. Pese al cambio en la re-edición de la obra, sus atributos principales siguen manteniéndose: un conjunto de pinturas de diferentes asuntos sin un aparente valor temático, salvo que refieren a un horizonte amplio de posibilidades (abstractos, miméticos, de cultura popular o elevada).
A simple vista se puede reconocer la intención por debatir acerca de la forma académica de pintar: el ordenamiento, control y representación de una realidad dispersa, diversa y fragmentada (otro capítulo es el recurso a la retícula). Y en esto el ejercicio puede resultar paródico, satírico pero también productivo –un poco más allá del cliché del “retorno a lo placentero” que había cuestionado Nelly Richard. Aun tratándose de una obra temprana en la carrera de Langlois, Sin título resulta decisiva en la voluntad por desarmar el conjunto de convenciones que guiaban la práctica pictórica.
Ignacio Szmulewicz, Catálogo Razonado MAC, 2017.