Venturelli, José

Santiago (Chile) 1924 – Pekín (China) 1988

Sin título

Año: ca. 1954–1955

Tipología: Grabado

Técnica: Litografia sobre papel

Dimensiones: 27,4 × 26,5 cm | 55,9 × 43,1 cm

Nº Inventario: 1075400–3 | 020301001005797

Crédito fotográfico: © José Venturelli, Sin título, ca. 1954–1955. Colección MAC, Facultad de Artes, Universidad de Chile. Fotografía: Jorge Marín

Dentro de su producción, Sin Título es un excelente ejemplo de la importancia que Venturelli le da al cuerpo. En general, sus piezas gráficas son de un corte más partidista o militante, si se quiere, y sobre todo en sus murales, otorgaba una monumentalidad a los cuerpos. Sin embargo, esta serie, Homenaje a la modelo, no es así. Una respuesta a ello, puede ser desprendida de las declaraciones que realizaba Venturelli en el marco de la muestra de 1956, donde uno de los rasgos que más hizo destacar por la prensa fue la ausencia de la “modelo”. Dado que en la cultura china no se solía trabajar el desnudo, ya que independiente de que fuese con fines artísticos o no, lo recatado de la sociedad oriental no permitía la circulación de desnudos (particularmente femeninos), se destacó el hecho de que Venturelli tozudamente buscara una mujer que accediera a esta labor en secreto, sin revelar su cometido artístico en China. Tal vez por ello, el recato, contención y, finalmente, la entrega de esa mujer que rompió con sus barreras culturales, hizo que el artista la homenajeara consagrando su valor y respetando la fineza de su cuerpo.

Un ejemplo de la recepción que tuvo esta serie para la época es, por ejemplo, que para el crítico Antonio Romera, la serie Homenaje a la modelo resultó un excelente trabajo de contención y traducción plástica, que representaba lo mejor de la producción de Venturelli en cuanto a sus trabajos políticos. Recordemos que “en 1951, ingresó en el Comité Nacional de Paz. Al año siguiente asistió a la Conferencia de Paz de los países de Asia y el Pacífico. Se trasladó a Beijing, donde ocupó la función de asistente de la Oficina de Enlace para la Paz de esa región. Permaneció allí por 13 años, con su esposa Delia y su hija Paz. Fue en este momento que José descubrió la cultura y el arte chino, de esta en ese momento él se enamoró. Aprendió a usar materiales chinos para pintar escenas de la vida cotidiana”. Sin embargo, estos datos no bastaron para Romera, puesto que cuestionaba una real influencia de la visualidad China en la obra, viendo acá solo fraternidad con su pueblo.

Matías Allende, Catálogo Razonado MAC, 2017.