La obra fue realizada en 1968 y adquirida al año siguiente a través del Instituto de Extensión de Artes Plásticas de la Universidad de Chile (IEAP), por 800 escudos de la época. La misma obra participó en la muestra América no invoco tu nombre en vano, organizada por Miguel Rojas Mix y el Instituto de Arte Latinoamericano en 1970 (se trataba de otra creación surgida tras la Reforma, la cual reemplazó al IEAP).
Si bien no lleva título, se trata de un textil realizado a telar –en uno que Margarita Johow regaló a Brugnoli– en faz de trama (el diseño se dispone en las fibras de la trama, no de la urdimbre), que según la artista debe haber tomado unas 100 o 150 horas de trabajo, repartidas por parte iguales entre ella y Bernardita Herrera, tejedora que entonces trabajaba para la artista. En principio fue pensado para servir tanto como tapiz, colgado en una pared o como cobertor de cama, y pertenece a una serie de obras similares que la artista realizó en aquellos años con un trabajo análogo de color y forma, con estructuras rítmicas y tonos vibrantes a partir de la paleta que entonces ofrecía la lana teñida de carácter industrial.
En la obra se combinan diversas influencias, desde los ejercicios de color de Vilches hasta tapices de oración del medio oriente (lo que se relaciona también con el formato de la obra). El resultado, no obstante, constituye un hito particular del arte textil en Chile, tanto por su pertenencia a una serie de obras no figurativas que fueron pensadas como ejercicios de color, como por la adquisición de la obra por parte del IEAP.
Claudio Guerrero, Catálogo Razonado MAC, 2017.