La pieza Cristo llevando la cruz está producida en la técnica llamada champlevé o “campeado”. Esta técnica consiste en el rellenado con esmalte de los trazos y hendiduras que se realizan sobre el soporte, con punzones o ácidos que corroen el metal, generando la forma. Cristo crucificado ha sido elaborada con la técnica denominada cloisonné o “alveolado”. En esta técnica se trabaja sobre áreas previamente determinadas en el soporte, delimitadas con hilos metálicos que conforman celdillas o alvéolos. Finalmente, el proceso es concluido con la fase fundamental de trabajo, donde los esmaltes se funden y se obtiene el color y la solidez definitivos por medio del calor.
Es muy probable que los esmaltes de Inés Puyó hayan sido adquiridos por el Museo siguiendo la política de adquisiciones que se señala en la Revista de Arte N° 8 de 1957. “Las obras cuyos autores hayan obtenido a lo menos un Premio de Categoría en Salones anteriores y que merezcan, a juicio de una comisión especial una distinción, serán adquiridas con el fin de propender al incremento del Museo de Arte Contemporáneo y a la formación de museos provinciales con un fondo especial de adquisiciones”. En el mismo número de la Revista de Arte, se señala que los esmaltes sobre metal de Inés Puyó obtuvieron el Primer Lugar en la categoría Artes Aplicadas, lo cual deja la obra en condiciones de ser adquirida para la Colección del Museo.
Matías Allende, Catálogo Razonado MAC, 2017.