Poniendo en equilibrio elementos aparentemente contrarios, esta muestra reúne fragmentos de la vida de Nicolás Astorga. Lo duro y lo blando está presente en textiles, maderas modeladas con motosierra, revestimientos viscosos y espumas que soportan el peso de esculturas. Lo duro y lo blando, como lo tierno y lo agresivo, son parte de un mismo cuerpo que bulle en contradicciones. Tal equilibrio pareciera ser una vía posible para aplacar los efectos del colapso anímico provocado por los desajustes entre la experiencia individual y los parámetros culturales: un intento por atenuar, a través del arte, esta excesiva frustración
Nunca seré más joven que ese día
Nicolás Astorga
Curaduría
Céline Fercovic