En este dibujo a carboncillo aparece, dentro de una habitación y sentado sobre una silla, un hombre de espalda mirando una puerta. El cuerpo del personaje está cubierto por papeles de diario, envuelto en pliegos impresos con información que es traducida a elementos gráficos; líneas, puntos y pequeños rectángulos que simulan la diagramación del periódico, en tinta negra sobre papel. El aspecto de este hombre sentado sobre una silla nos remite al trabajo anterior que realizó Cruz en la década del 60, en esculturas con formas humanas de papel y arpillera encoladas. En este sentido, la presencia o referencia al uso del papel de diario utilizado para dar forma y cubrir sus figuras humanas en escultura, como la iconografía de un cuerpo empapelado como momia sentado sobre una silla, están en sus dibujos de tinta y carbón realizados después del golpe de Estado y antes de radicarse en Barcelona en 1976. En los dibujos de este período se hace presente también el contexto social del país, una época para la artista “profundamente contestataria, dura y violenta producto del ambiente político que se vivía en aquel tiempo, de cambios profundos y deseos de justicia” (Pinacoteca Universidad de Concepción, 2010, p. 5), lo que se puede ver en sus personajes con vendas, oprimidos e inmovilizados por el contexto representado simbólica y materialmente en el papel de diario y en la atmósfera enrarecida de sus dibujos.
Amalia Cross, Catálogo Razonado MAC, 2017.