Sin título

Guevara 2

Esta obra pertenece a una serie de pinturas realizadas por Álvaro Guevara durante su estadía en el sur de Chile, entre 1924 y 1926. En 1922, Guevara, radicado en Londres desde 1908, decidió regresar con el objeto de pintar una serie de cuadros para exponerlos a su regreso en la capital europea. Una vez en Chile, viajó a la zona de la Araucanía, hacia la cordillera de la región de Temuco, donde permaneció por más de un año y pintó más de 50 cuadros, principalmente paisajes, retratos de indígenas y escenas costumbristas. Algunas de estas obras, entre ellas probablemente el paisaje de la Colección del MAC, se exhibieron en The Leicester Galleries con el nombre de Paintings of Chile en 1926, cuyo catálogo escribió el escritor británico Osbert Sitwell, quien resalta “el predominio de los colores, que se yuxtaponen en pinceladas de diferentes tamaños y direcciones, creando una sensación de movimiento en la pintura, dando forma a ‘árboles gigantes oscilando en su enredo tropical’” (1926, p. 13).

Amalia Cross, Catálogo Razonado MAC, 2017.

Negros

Guevara 1

Negros se relaciona con esta serie de retratos, tanto por el formato de medidas muy similares como por el tema, en este caso, una anciana sentada sobre una silla en una oscura habitación de un asilo. Por esta razón la obra figuró erróneamente en los inventarios del Museo con el título Anciana del Hospicio hasta que las investigaciones in situ revelaron que en el reverso del cuadro está escrito el verdadero título de la obra y la firma del artista. Esto se debe a que la obra fue enviada al Salón Oficial de 1923, y los artistas debían firmar al reverso para no incidir en la selección del jurado. En el Catálogo del Salón Oficial, Negros figura junto a otras cuatro pinturas, y como señala su título, la obra está hecha con negros, pigmentos oscuros sobre la tela. El cuadro, visto de lejos, parece un rectángulo negro, lo que dificulta el reconocimiento de la figura y le resta importancia al tema, haciendo énfasis en aspectos puramente pictóricos como lo son el color, la materia y el formato.

Las impresiones y reacciones que la obra generó en el contexto artístico local fueron contradictorias y controversiales, y contribuyeron a dar relieve al debate sobre la modernidad pictórica que se había iniciado poco antes con la primera exposición del Grupo Montparnasse. El crítico Nathanael Yáñez Silva, en un artículo titulado “Álvaro Guevara: apreciaciones sobre sus cuadros. Generalidades sobre los modernistas en pintura”, tomó posición en contra de la propuesta artística de Guevara, y sobre esta obra en específico, señaló: “los negros del señor Guevara son negros, sencillamente, opacos, desagradables al ojo, que al fin de poco tiempo terminan por fatigar. (…) No vemos tampoco volúmenes apreciables… Todo se mueve… porque no hay construcción razonada, porque ¡en nada de todo eso hay lógica! Nos sorprende de sobremanera que esta tela o que estas telas, hayan sido admitidas al salón… rechazamos sencillamente lo que es feo” (1923, p. 5). Solo el crítico Jean Emar (Álvaro Yáñez) defendió la modernidad de Guevara al reconocer en su actitud un gesto de provocación y transgresión que contribuía de manera efectiva con la discusión y renovación de la pintura respecto de los cánones convencionales del arte en Chile, que Emar y los artistas del Grupo Montparnasse cuestionaron al poner en entre dicho la definición tradicional del arte.

Amalia Cross, Catálogo Razonado MAC, 2017.