Sin título

Mohor

Sin título, la pieza que presentamos es probablemente un retrato, de modo que debemos asumir que se trata de la imagen de una persona concreta. La figura se representa a partir de un corte a la altura de la parte superior del pecho, conformada por tres planos saturados de tinta y delineados por trazos segmentados que dibujan el cuello y el canesú de la blusa o vestido. El resto de la figura, cuello, cabeza y rostro, con sus elementos fisonómicos característicos (ojos, nariz, boca, pelo), han sido también delineados y presentan un arabesco denso e irregular. La línea es efecto de un tallado tosco pero preciso, en el sentido de la fibra de la madera y forma trazos gruesos y delgados, con algunas interrupciones que abren y conectan los planos. Se diría que la forma es resultado de una ardua lucha con la materia y que en ella queda la impronta de la resistencia que esta opuso al trabajo de la herramienta. De este modo, la obra contiene el encuentro de dos fuerzas opuestas: la del peso inerte de la madera contra la del pulso regular de la gubia. Esta confrontación produce un efecto de saturación, perceptible en los planos llenos y vacíos, que afianza el protagonismo del rostro.

Se ha dicho que la originalidad en obra de María Mohor radica en la simplicidad de la forma. En esta obra, la simpleza se traduce en coherencia y unidad formal. Con medios elementales, la figuración es llevada al punto en que se produce la confluencia de formas y planos que es el rostro humano.

Gonzalo Arqueros, Catálogo Razonado MAC, 2017.