El MAC conserva en su Colección la pieza Sin Título de 1971, en la que Portocarrero muestra uno de sus temas de excelencia, la ciudad con sus torres de iglesias y su gente, todo envuelto en ese cromatismo que caracteriza su estilo de madurez. Como ya se ha dicho, la imagen de la ciudad se puede considerar como una larga serie que desarrolló por más de 20 años. A propósito, ha dicho Adelaida de Juan: “Luego, en la década del 50, ya es la ciudad toda y no solo un barrio; pero es ciudad que se ha adelgazado y afinado hasta convertirse casi en plano arquitectónico. Su color es delicado y triste y su esquematismo, mera sugerencia de una ciudad despersonalizada. En la década del 60 resurge la exuberancia inicial de la línea y del color, pero ya no ceñida al Cerro sino en un despliegue total del color, gran síntesis de edificios, calles, estatuas y, sobre todo, la atmósfera misma de una ciudad reencontrada por el pintor” (De Juan, 1978, p. 16).
Esta imagen de ciudad es una pieza típica de la paleta de Portocarrero, en cuanto a ese uso de la línea y el color que le fueron tan propios en la historia del arte cubano.
Yolanda Wood, Catálogo Razonado MAC, 2017.