En Para una biografía de M. Ivonne el artista situó tres figuras sobre un fondo neutro de color marrón, naranja y negro, atravesado por texturas de la madera que operan como recurso expresivo; los cuerpos están cruzados por líneas de distinto grosor, como surgidas de un gesto de rayado expresivo que refuerza la idea del trazo abocetado. El título de la obra remite a Madame Ivonne, tango de 1933 con música de Eduardo Pereyra y letra del célebre autor Enrique Cadícamo. Si bien en la obra de Zelaya no aparecen en forma explícita referencias visuales a la historia que sostiene el tango, la resolución de la imagen en planos muy contrastados se podría pensar como una alusión al recorrido de Ivonne, desde que un argentino la seduce en París a su situación de prostituta o “madama” en la Argentina; la ambigüedad espacial permitiría pensar que, más que una representación de tres personajes, se trata de una evocación de los distintos momentos del relato: de la “papusa del barrio latino” a “la que va a ver que todo quedó en la distancia” diez años después de zarpar de Francia. También el pájaro, situado en el ángulo superior izquierdo, podría referir a la imagen de la muchacha como “alondra gris”, tal como aparece aludida en los versos de Cadícamo.
Silvia Dolinko, Catálogo Razonado MAC, 2017.