Entre principios de abril y mediados de julio pasado, un grupo de estudiantes de la carrera de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Chile, levantó datos para un proyecto de deshumidificación del Museo de Arte Contemporáneo, sede Parque Forestal.
“Los museos suelen estar ubicados en edificios patrimoniales, cuyas condiciones de climatización plantean un interesante desafío de ingeniería debido a que los espacios son acotados, los materiales suelen tener un grado de desgaste debido a su antigüedad, y hay pocas posibilidades de modificarlos constructiva y estructuralmente debido a su calidad patrimonial”. Ese fue el planteamiento que llevó a un grupo de estudiantes de quinto año del curso de Ingeniería en Termofluídos de la carrera de Ingeniería Mecánica de la Universidad de Chile, a presentar el proyecto Deshumidificación en museos de Santiago.
Dicho proyecto, en donde se planteaba evaluar la situación de estos espacios y proponer un sistema para controlar la cantidad de vapor de agua presente en el aire, se concretó durante los meses de abril y julio, en el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile. La iniciativa, a cargo de la profesora e ingeniera civil mecánica, Mónica Zamora, consistió en un análisis a las actuales herramientas con las que cuenta el MAC, así como una serie de mediciones en distintas salas. “Programaron los equipos en cada uno de los espacios y los vinieron a supervisar varias veces para levantar los datos. Esto se realizó en abril-mayo-junio, y ahora en julio, con lluvias entremedio”, señala Pamela Navarro, Coordinadora de Conservación y Documentación del Museo de Arte Contemporáneo.
Sin embargo, el proyecto no se acaba en las mediciones, si no que los estudiantes –divididos en tres grupos– exhibieron diversas propuestas de mejora. “Ya se presentaron las conclusiones, y nos enviaron informes donde se incluyen las alternativas que ellos proponen como equipo para implementar. Esto incluye el estudio económico, pero también el impacto ambiental y patrimonial. Fue súper bien pensado porque contemplaron un montón de facetas que nosotros como museo no podemos cubrir”, remarca Pamela Navarro.
Una opinión similar tiene Mónica Zamora, quién explica “propusimos a los grupos que le dieran una mirada lo más realista posible, considerando las limitantes de potenciales intervenciones, la preocupación por la estética y también aspectos ambientales sobre sus propuestas de solución”.
Respecto a las características del proyecto y la relación que se ha generado entre ambas instituciones, Daniel Cruz, director del MAC cuenta: “Es muy satisfactorio este vínculo. Por una parte, estamos muy agradecidos de los resultados y propuestas del estudio que se ha realizado. Por otra, esta iniciativa va en la línea de cómo nos estamos pensando como museo universitario, somos un espacio permanente de aprendizaje, investigación y experimentación, desde diversas aristas. Ya lo hemos planteado también con nuestro programa de Pasantías Transversa y el CFG MAC. El MAC es un espacio abierto a los estudiantes”.
Por su parte, Mónica Zamora agrega: (el estudio aborda) “Un problema desde una mirada técnica, y ese ha sido el centro de los proyectos. Sin embargo, acercar a estudiantes al museo busca también ampliar la mirada sobre los campos en los que pueden desenvolverse en el futuro. Ver que hay necesidades con una patita técnica en las áreas culturales y patrimoniales abre un camino muy interesante. Sería genial poder continuar este tipo de colaboraciones, creo que es una excelente oportunidad para vincularnos internamente en la universidad y al mismo tiempo hacernos cargo de las tareas de conservación patrimonial. Que el proyecto eventualmente se lleve a cabo tendría un tremendo impacto”.