Murano, isla italiana cercana a Venecia, es mundialmente conocida por su tradición con el trabajo en vidrio. Fue justamente en ese lugar donde se origina Alfa costellazioni. Luego de haber recolectado docenas de parabrisas quebrados y en desuso en playas chilenas y vertederos, Riccardi decidió intervenirlos con métodos antiquísimos de fundición manual. Los vidrios quedan en una condición de maleabilidad y flexibilidad, transformándolos en objetos artísticos. Los parabrisas son además intervenidos con luces led, formando constelaciones.
Se trata de un doble rescate: el de una técnica milenaria y la reutilización de desperdicios para entregarles un nuevo valor que aparece por su atemporalidad, pero especialmente por su trasmutación identificable con nuevas imágenes del espacio aportadas por la ciencia.