Hay fracturas físicas, como las que se producen en un accidente, o como las que se infligían en los centros de detención durante la Dictadura Militar, o como las que se aplauden en un enfrentamiento de boxeo. Las fracturas son huellas que quedan en los cuerpos para siempre, pero son más profundas que eso aún. En una Dictadura Militar, por ejemplo, todas las personas sufren algún tipo de fractura, son sometidos, despojados de sus libertades, cultura y tradiciones.
En Fracturas, Néstor Olhagaray explora este concepto como un quiebre profundo que da cuenta de un síntoma de malestar social, en esta ocasión mediante el boxeo profesional. El artista invita a la audiencia a participar e intervenir un videojuego con un montaje visual heterogéneo que se basa en el carácter de espectáculo de esta lucrativa disciplina desarrollada en base a apuestas.