Esta exhibición está compuesta por una serie de catorce óleos sobre tela, una escultura de bronce y otros elementos como vino y sangre, donde el artista Marco Evaristti evidencia los abusos sexuales cometidos por sacerdotes de la Iglesia Católica, construidos a través de distintos testimonios, publicados y recopilados de entrevistas personales con las víctimas. “Hace tres años estuve en Chile y un hombre me contó su historia: cuando era niño un sacerdote lo había abusado durante años. Luego de pensarlo mucho, y ahora como adulto, había decidido demandar al sacerdote muchos años después y con el miedo de que todo un sistema se fuera en su contra. Su historia me conmovió profundamente. Un mundo entero ha sido testigo durante décadas de las revelaciones de pastores y sacerdotes de la Iglesia Católica que abusan de niños y niñas inocentes”
Para esta muestra, el artista dirige la acusación a través del nombre de la muestra, pero generaliza estas acciones transformando a los sacerdotes en esqueletos oscuros y las víctimas en esqueletos de niños: “Los esqueletos son inquietantes en sí mismos y el de un niño es dos veces más espeluznante. Pero un esqueleto adulto que explota sexualmente a uno infantil lleva a nuevas profundidades en la mente, donde se vuelve cruel. Sin darnos cuenta, las obras muestran lo que no podemos soportar ver, todo el dolor que los niños experimentan en secreto y que durante generaciones han guardado en silencio”, reflexiona el artista.
Se trata de la segunda exhibición que Marco Evaristti presenta en el Museo de Arte Contemporáneo. En 2001, en MAC Parque Forestal, el artista presentó la obra Come on baby push my button, instalación que consistía en una cincuentena de jugueras eléctricas que contenían peces vivos nadando dentro de las licuadoras. Esta polémica muestra invitaba al espectador a participar de una acción que decidiría finalmente la vida de los peces.
Con La Violadora el artista busca revelar de forma cruda y dura los abusos y delitos sistemáticos de una institución milenaria como es la Iglesia Católica. En Chile, hasta hoy, 53 sacerdotes han sido acusados de pedofilia: “No llegan a ser juzgados y condenados por sus crímenes. A los acusados se les asignan otras labores, son trasladados a otras regiones o países, desaparecen del sistema como forma de protegerlos y continuar con una política de encubrimiento de la institución. Es por esto que la muestra busca ser un espacio para dar voz a personas y a situaciones que han sido invisibilizadas durante décadas. Quiero exponer la injusticia para que la esperanza vuelva a tener un lugar”, destaca el artista.
Fernando Vallejo