¿Por qué pintar?, ¿qué pintar?, ¿cómo pintarlo? son preguntas ineludibles a las que se enfrentan todos quienes se dedican a aquella disciplina. Esta exhibición intenta contestar dichas preguntas, mediante imágenes que implican una traducción formal de lo mental.

Óleos sobre papel y tela llegan al museo para entender la pintura como un lenguaje que transmite lo que las palabras y sonidos no pueden comunicar. Las obras de Utopías y desvelos tensionan el recuerdo, la imaginación y la sensación desde la pintura, respondiendo a un imaginario que explora tópicos como la soledad, la alienación y la violencia y que se inspiran en el cine, la literatura, la pintura, los cómics y los dibujos animados.

Acá Francisco Rodríguez aborda la pintura de un modo más gráfico, a través de líneas, estructuras y patrones, en conjunto con otras cualidades más orgánicas de la misma como manchas y aguadas. Este se trata del primer testimonio del artista sobre una investigación en torno a la pintura como herramienta formal, evidenciando que la imaginación es el principal motor de su producción, para eventualmente acercarse al por qué, el qué y el cómo del arte.