La guerra de Vietnam fue uno de los conflictos bélicos más extensos del siglo XX, desarrollándose entre 1959 y 1975 oficialmente. La contienda entre el gobierno democrático vietnamita y los soldados estadounidenses fue una de las imágenes que más circulaban en prensa durante más de una década. La guerra se había construido como imaginario, uno imprescindible para la retórica de los artistas e intelectuales de finales de la década del 60. Waldo Vila señala que para finales de ese período, momento en que escribe su libro Pintura Joven, Balmes se siente llamado por los acontecimientos internacionales, y la lucha por la democracia en Vietnam es algo ineludible. “El ‘Vietnam’ quiere expresar en su plática el heroísmo de un pueblo en lucha por su independencia. (…) En su abstraccionismo hay siempre una evocación lejana del figurativismo o más bien, de la figuración. Esta etapa complace porque aparte de su intención hay una firmeza en el oficio y una depuración del color, a veces en blanco y negro. Parece no necesitar más para obtener el efecto deseado; el negro concentra toda su fuerza y el blanco lo valoriza con su luminosidad, o es el rojizo con línea amarilla que profundiza el espacio” (1973, p. 132).
Vietnam herido es una obra que en términos formales es compleja, puesto que su factura aun cuando está bien realizada, fue trabajada con materiales precarios. En ella se representa un torso masculino sintetizado, el cual debe estar medio escorzado, y con los brazos sobre el pecho, como si el cuerpo estuviese tendido en una posición incómoda en la tierra. El rostro está cubierto por una franja de pintura gris que cubre de lado a lado, conformando un rectángulo, lo que domina casi un tercio de la tela. El plano donde se encuentra el cuerpo de la figura, y en el cual un óleo negro es utilizado como fondo, generan pasajes, pero en otros casos simplemente se manifiesta la tela. El volumen figurativo, compuesto por pintura blanca cubierta de látex, posiblemente también utilizó carbón para modular el cuerpo y definir ciertas formas en este. Sobre el brazo que cruza el pecho, se disponen gruesos trazos oblicuos y rectos, de tonos rojizos y, nuevamente, el negro, simulando una herida o corte sobre el cuerpo tendido. La pintura que representa un blanco no es una sola, sino que se desenvuelve más de una, en distintos grados o proporciones (es decir se utilizaron distintos pigmentos difícilmente individualizables).
Matías Allende, Catálogo Razonado MAC, 2017.