Te damos la bienvenida a los recorridos 360 del MAC. Acá podrás revisar el registro de exhibiciones que se han presentado recientemente en MAC Parque Forestal y MAC Quinta Norma.
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Te damos la bienvenida a los recorridos 360 del MAC. Acá podrás revisar el registro de exhibiciones que se han presentado recientemente en MAC Parque Forestal y MAC Quinta Norma.
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TIEMPO DE RECONOCIMIENTO
Luz y oscuridad
Elvira Hernández
TU NOMBRE AUMENTA LA ETERNIDAD
Conmemoración de los 50 años del asesinato de Carlos Prats González y Sofía Cuthbert. (1974 -2024)
Fernando Prats
50 AÑOS
Hace tan sólo algunos segundos, se cumplieron en Chile, 50 años del golpe militar del 11 de septiembre de 1973; nuestra mayor tragedia en el siglo XX. Y unas horas atrás, 40 años de ese sangriento episodio, que desde su intrusión fue llamado pronunciamiento militar, es decir, incruento, dejando la certidumbre de que las palabras ya no lograrían alcanzar la realidad.
El tiempo es nuestro encierro y es ineluctable. Puede ser oscuro en un momento y aclararse en otro posterior; ambas circunstancias nos pedirán palabras, palabras verdaderas que respondan a los hechos. En su figura triforme de pasado, presente y futuro, el tiempo nos está constantemente interrogando, aun cuando, no se quiera esa interpelación. Es lo que ha ocurrido en este cincuentenario. Sentíamos que necesitábamos avanzar como sociedad; responder no sobre las consecuencias de un golpe militar –que fue devastador por su crueldad y cuyas secuelas levantaron el campo de los derechos humanos en el país- sino más profundamente, acerca de la legitimidad de una acción armada, la decisión antidemocrática de quebrar un orden constitucional para resolver los problemas políticos de esa democracia. Y las respuestas han sido una incógnita y una oscuridad.
Muy pocos –hay que decirlo- tenían una genuina preocupación por ese día conmemorativo del derrocamiento de presidente Salvador Allende, y, también, por el esforzado proceso emprendido para la recuperación y rescate de la democracia. No se advertía la oportunidad que representaba esa fecha dolorosa para curar heridas nunca cuidadas y fortalecer nuestra siempre incipiente vida cívica. En contrario, muchos intereses políticos de corto plazo se agitaban en una ciudadanía pulverizada para que la fecha se percibiera como amenaza; la inminencia de otro resquebrajamiento social, un nuevo estallido. Se deseaba un día inmovilizado, plano, sin cuestionamientos a nuestra transición política que sigue su camino. Se afirmaba esa pretensión en el convencimiento de que el miedo nunca deja de entregar resultados. Así, restarle a la ceremonia recordatoria, la dimensión reflexiva que le era imperativa, del momento en que la palabra política había fracasado con la consecuente irrupción de la violencia militar; el torvo episodio de nuestra historia con el resultado de la pérdida de tantas vidas. Era incomprensible que se quisiera atenuar la responsabilidad política de sus actores en la intervención militar y empujar el carro del olvido; velar palabras, alejar los recuerdos hacia un futuro disolvente, desviar el pasado, detener el tiempo. Era no conocer a Cronos y sus pasos implacables, la tornadiza manera que tiene de recorrer la Historia y las historias para mostrarlas a las generaciones que emergen. El tiempo siempre vuelve –pasado y antepasados son nuestra tierra- y, tiempo al tiempo, como dice el adagio, el pasado siempre está a las puertas del presente, que es por donde aparece.
50 AÑOS MÁS
Era un friso decepcionante de la efeméride y de la civilidad, los jóvenes dirigentes políticos, calados por el poder, mostrarse satisfechos de no haber nacido aquel fatídico día y, que la eventual ausencia de este mundo, los excusara de conocer la historia de su país; los eximiera de emitir un juicio acerca del quiebre del orden constitucional, el 73. Siempre será imprescindible ver lo que hay que ver. Quizás, porque al mirar atrás, sutilizando el tiempo, quedaba al descubierto que los mil días de gobierno del presidente Allende se habían abierto con el asesinato del comandante en jefe del ejército –constitucionalista- el general René Schneider, para impedir, al electo mandatario, la asunción legítima del mando de la nación; luego, se cerraba, con la salida del ejército de la última defensa de pensamiento y actuación de una línea constitucional para las Fuerzas Armadas: el comandante en jefe, general Carlos Prats. Casi un año después, sería asesinado junto a su esposa, fuera del país, por quienes lo perseguían con encono. A cincuenta años de distancia, la democracia en recuperación sobrevivía queriendo ponerse vendas en los ojos.
Habíamos salido de la Guerra Fría pero no lográbamos pararnos en el tiempo. Atragantaba a los sectores más conservadores, reconocer que nos encontrábamos en un mundo global, donde la democracia es entendida como respeto a los derechos humanos y al pluralismo político. Dominados por la estupefacción de aquellos detentadores, no prosperábamos en esos derechos que nos eran inherentes, ni en la demanda de justicia, la aspiración más alta que puede exhibir una sociedad. La fecha luctuosa conmemorativa nos descubría en fragmentación, desorientados, donde el único momento de propia estimación habría sido acercarse a esos lugares de abandono de la sociedad, en donde han quedado las víctimas de las víctimas, familiares de ejecutados y detenidos-desaparecidos.
No obstante, el tiempo serpentino –la serpiente que se muerde la cola- vuelve una y otra vez. Son los eternos retornos. Lo que ha pasado vuelve con el valor del suceso. Otro ciclo. La repatriación del pasado ingresa a otra circularidad del tiempo para liberarse. Un remozamiento, semejante a la primavera en el ciclo estacional de la naturaleza. Es el septiembre simbólico, de punta a cabo, patrio, plagado de contradicciones y con nuevos cincuenta años – las cajas chinas temporarias ad portas que se abren- y arguyen no vaciar el mes. Es la nueva oportunidad de reparar olvidos y acceder a la generosidad, no de dar, sino esta vez de recibir un legado, un bien para la conciencia chilena relevando la memoria del general Carlos Prats González, un ciudadano del país, que empeñó su honor y su vida en la tarea de custodiar y defender, al borde de la destrucción social en que nos encontrábamos, lo que era entonces garantía de todos: la Constitución.
EL ARTE DE APROXIMARSE
El arte se aproxima a la realidad, se cruza con ella. La realidad es compleja, cambiante y viaja a gran velocidad; a ese ritmo, no es error de percepción constatar que el ser humano va desapareciendo en los márgenes del espacio físico y en las amplitudes del mundo digital. Cuesta ver el rostro cercano de ser humano y de su realidad, ambos escindidos. Frente a aquello que se nos escapa y autonomiza –la realidad- y a lo que somos, seres humanos empujados por la máquina, el arte cree que todavía tiene la potencia para la tarea de seguir preguntando acerca de esta manera de ser, con tanta propiedad como la ciencia y la filosofía.
Artista visual del siglo XXI, Fernando Prats está en esa tarea. Pertenece al mundo contradictorio global de los espacios expandidos, desregulados, que envuelven el planeta; en la época en que la economía ha triunfado sobre la política. Sin embargo, hay que decir que la reflexividad del artista afronta esas fuerzas dominantes, tensión que le pondrá sello a su trabajo. No todo es planetario para él. Hace su entrada en la materia, como diría Neruda, en mundos sedimentarios, y atrae a sus puestas en escena el dinamismo y la cualidad de los cuatro elementos que la tradición clásica consideraba, y con ellos experimenta. Es evidente en su hacer, que concibe el mundo y al ser humano como un campo de fuerzas en manifestación. No son fuerzas alegóricas; es energía, poderes físicos de la naturaleza y de asentamientos humanos los que lo convocan. Fernando Prats es artista de los grandes espacios universales donde se inscriben los derechos humanos, y grandes explanadas como el Parque Cerrillos para su escultura habitable “Su vertical nos retiene”, orientada hacia la cordillera. A ellos agrega para su hacer, a modo de ejemplo, un espacio público, institucional- nacional-estatal que es irradiación de educación y cultura en el Patio Andrés Bello de la Universidad de Chile; o, un pequeño espacio casero, de alto valor simbólico como un horno y su fuego, del que saldrán señales de humo, su polifacético sistema de comunicación y delicada escritura.
El elemento tierra jugará un papel importante en la progresión del arte de Fernando Prats. Será esta vez el llamado de la tierra, una imantación de aquel núcleo donde comenzó su forja espiritual, a fuego, también con los primeros elementos de vida. Y si el arte busca aproximarse, estar en la proximidad, a la vera del prójimo, llevará de igual manera al artista con la peculiaridad de su lenguaje, a través de muchos laberintos hacia su íntima proximidad. A revisitar los lugares, a conocer otros, que han quedado abandonados y en silencio, tanto propios como sociales.
EL RITUAL DEL HUMO
“Siempre se reconoce el olor de la tierra en que naciste”.
Tomás Bravo Hepp
El 11 de septiembre de 1973 redundó, además, para que el niño Fernando Prats saliera de Chile. Muchos sentimientos y cosas habrán quedado acá y otras se habrá llevado; de éstas, sabemos de su recuerdo del humo del palacio presidencial bombardeado y en llamas. Ese humo, años después, para recalcarlo, seguirá humeando. En su horno alquímico, aventuro, muchas substancias bastas, sutiles e inconsútiles se habrán transformado. Con ese negro comenzó a pintar cuando a lo mejor la pintura ya quemaba su historia. Pero él, lo ha seguido haciendo, ya que sus acciones van esparciendo capas de sentido, unas sobre otras. Con esa disposición habrá seguido atento los arabescos del humo y su versátil naturaleza: fuliginosa, aclaradora, disipable. “Chile circular” (2003) el mapa del país donde el norte se toca con el sur, empieza a iluminar ese humo. Más allá de si era la hora de land art o la trashumancia, nuestro autor que no es artista encasillado, iniciaba la travesía hacia su tierra raigal llevado por la vitalidad. A confrontarse con una naturaleza que nos ha labrado con inusitada violencia y, a la que hemos replicado en nuestra construcción histórica con igual magnitud destructiva.
Fernando Prats llegó a Chile a recorrer los lugares del dolor y el sufrimiento. Fue lo que encontró a su paso en los años de la erupción del volcán Chaitén, en el sur (Acción Chaitén -2009), y el mega terremoto y maremoto del 2010 en la zona central del país (Acción 3:34:17) hasta donde llegó con sus acciones – un ritual frente a la omnipotente naturaleza- de registro de la sobrevivencia humana. Era la cordillera de Los Andes en acción. Fuego, carbón, ceniza y humo eran parte del desastre cuyas huellas recoge. Ha sido la naturaleza terráquea y el tiempo, que el autor intenta signar, los que han estallado; esta vez el tiempo geológico, sus milenarias esperas energéticas y salidas repentinas de cataclismo, la vibración del trabajo permanente del carpintero de obra: la tectónica. Es posible, que Fernando Prats haya leído por esos años las Memorias del general Carlos Prats, lo que sí ocurre es que los dos Prats se cruzan en Los Andes. Fernando Prats que ha llegado a encontrar su tierra, a imprimarse en ella, a olerla, y que mira la cordillera ascendente al oriente, ha leído en las Memorias, consternado, la tristeza del general al atravesar la cordillera y dejar, obligado, su tierra. “Contemplo con inmensa nostalgia hacia el poniente la serpiente cordillerana que desciende hacia el corazón de Chile”. Son quizás momentos de inquietud para el artista, de apertura a algo –poiesis- impulsos solidarios de reparación. Instantes de hermanamiento en esa espina dorsal por donde viaja la progenie, células ancestrales, Destinos particulares y de una nación que nunca ha reconocido su filiación andina. Todo eso vibra. La serpiente (amaru en quechua), la médula serpentina de nuestro espinazo limítrofe, nutre la emoción de la escritura en las Memorias: “…un sentimiento de amor a la patria que está en la médula…” y que Fernando Prats citará en lo que será su próxima acción.
DIÁLOGO
“Acción medular”. Homenaje al general Carlos Prats González – Memorial (2017) se efectuó en el Museo de la Memoria y los Derechos Humanos. Fue un diálogo testimonial entre el texto memorístico del general y el texto geológico, pétreo y mineral del norte de Chile. Fernando Prats, entonces, se había desplazado para incursionar y explorar en el desierto minero, algo que ya había hecho en otras zonas aledañas de la llamada cordillera caliente (Acción géiser del Tatio – 2006), recogiendo con telas y papeles el lenguaje humoso y ardiente de la naturaleza. De hecho, esos testimonios geológicos, de piedra compacta y cilíndrica eran muestra pequeña de miles de millones de años, el tiempo geológico, del levantamiento de la cordillera –nuestra osamenta- por la colisión de las placas submarinas. Ellos sostenían en custodia las citas de las Memorias del general, antes referidas, que el artista iluminó con neón. Además, se pudieron ver páginas manuscritas del Diario, iluminadas algunas por el humo del artista, opacadas otras, signada una con la serpiente enrollada –que destaco- el uróboros, el animal del eterno retorno, que mueve los ciclos del tiempo (pasado, presente y futuro) para rejuvenecer la memoria, algo tan necesario para los pueblos. Era de interés del artista resaltar la caligrafía, palabras aisladas, frases como “Chile tiene dos alternativas / la dictadura o la tregua política” que denotaban la situación de tensión angustiante, social y política, de ese presente, bajo el gobierno de la Unidad Popular. Contrastados ambos tiempos, el humano y el geológico que evidenciaban los cambios descomunales que se pueden producir, en la descarga de fuerzas ciegas, el autor avanza que, en ese tris, en ese ínfimo tiempo, en ese decisivo guarismo constitucional fijado en “Dos minutos y medio para el mediodía del 11 de septiembre de 1973” (Acción 2023) cuando la Fuerza Aérea de Chile bombardea La Moneda se instaló en nuestra historia un quiebre. Un antes: democracia tensada y un después: dictadura manos en alto.
El diálogo de Fernando Prats sigue. “Tu nombre aumenta la eternidad” subraya ese carácter dialógico. La palabra es la que fortalece la democracia y la república. Primero oír y luego hablar. Las hijas del matrimonio Prats-Cuthbert al igual que otras familias de perseguidos y asesinados por la dictadura tuvieron que buscar justicia y exigirla en soledad; y no la encontraron ni fueron oídas. Desde la Colonia la justicia ha sido nuestra epidemia. Siendo el ideal más alto de la sociedad, el poder legislativo no legisla para hacerla prevalecer sino para satisfacer otros intereses. Es la misma resonancia en “Gorgias” –cientos de años atrás- cuando alguien dice que si se ha sufrido una injusticia mejor sería morirse. La familia Prats-Cuthbert perseveró por cuarenta años para llegar a la verdad jurídica, la responsabilidad última de quien ordenó el asesinato de sus padres, sin conseguirlo. Se presagiaba, en la comunidad, que los tribunales fracasarían en aprehenderlo y juzgarlo. Era un ente criminal que no tenía nombre, pero sí muchos tentáculos y complicidades; poder. Anduvo oculto por mucho más de 17 años y le apodaban horror. Ese cuadro malsano Fernando Prats busca perforarlo, tal como se ha perforado la tierra para sacar a la luz los testimonios geológicos –nuestras osamentas, pasados y antepasados, cuerpos desaparecidos que se buscan- que se muestran yacientes, en el suelo embaldosado del Patio Interior Andrés Bello. Sacar todo lo que haya que sacar a la luz: agua de la fosa del Océano Pacífico; legajos, miles de folios que detuvieron el tiempo y la investigación; calendarios inmóviles; recortes de prensa de una prensa recortada y tendenciosa; perforar, abrirle un tragaluz a la foto de prensa de la calle Malabia (“Ùltimo cielo”, 2016) para instalar otro espacio, una vastedad, una amplitud, donde se recuerde al general Prats y el atributo del respeto a la Constitución para un militar. Y algo no menor, la unión de los anillos familiares, la gran fuerza de resistencia.
TU NOMBRE AUMENTA LA ETERNIDAD DE TU NOMBRE
“Esta es la voz de un desterrado”
Ovidio
El general Carlos Prats González nació el año 1915, en el puerto naval y comercial de Talcahuano, el más importante del sur en esos años; con gran tradición desde la Colonia, donde Bernardo O’Higgins firmó la primera acta de independencia en 1818. Ingresó a la Escuela Militar en 1931, siendo adolescente, el año de la caída del gobierno dictatorial de Carlos Ibáñez del Campo. Era ésa una época de turbulenta relación entre civiles y militares; días de mucho esfuerzo ciudadano por asegurar que rigiera y se implementara la Constitución de 1925, carta fundamental a la que el general Prats se ceñiría y defendería en el gobierno de la Unidad Popular. Quizás también en el ideario del general resonaban y nutrían las palabras de Gabriela Mistral sopesando el gobierno de Juan Antonio Ríos en un único sentido: que “mantener la constitucionalidad [debía ser] línea tónica de nuestra historia”. Tras el golpe militar del 73 y rota la fábula de un ejército profesional, hay que decir de la ciudadanía de entonces sin ya carta ciudadana, vagamente se acordaba o sabía librescamente de la dictadura de Ibáñez ni que se lo hubiese reelegido por voto popular veinte años después. Con el combustible de la falta de educación cívica, habían desaparecido de la memoria, en la humareda del tiempo pasado, la tortura, el exilio, las relegaciones y los asesinatos que la caracterizaron.
Muerto el presidente Allende cuyo discurso señalaba que otros serían los días, la puntualidad, en que el pueblo caminara libremente por la Alameda, hubo reacción y movilización de muchos sectores sociales y políticos para remontar el abatimiento de la derrota. Lo que se define en la arena de la historia difícilmente cuenta con milagros. El pueblo asediado y reprimido en las poblaciones y cordones barriales lo constataba. No obstante, el nombre del general Carlos Prats González cobraba aura. Con toda seguridad, fue su lealtad a la Constitución, en ese momento conculcada la que puso en peligro su vida y le trazó el camino; algo que él presagiaba. Sólo le quedaba entonces una sola cosa por hacer: salvaguardar su verdad. Estaba, contra el tiempo para fabricar dicha protección en un caso de vida o muerte: el exilio para escribir, hacer uso de la escritura como un derecho humano.
Sus Memorias se inscriben en el ámbito de la literatura documental por la diversidad del material. Es, además, un testimonio de vida, una escritura autobiográfica donde explicita el pacto de decir la verdad de los hechos vividos, sin ficción ni acomodo a situaciones posteriores.
El capítulo de su Diario –un momento apremiante de escritura- a pesar de ser un género narrativo donde el autor coincide con el destinatario, el general sabe a quién le está escribiendo. El título de sus manuscritos me parece extremadamente justo: “Niebla sobre el campamento. Testimonio de un soldado”. Su mirada está haciendo un reconocimiento –en la acepción militar del término- a sus ex camaradas de armas: han perdido la orientación. Han levantado tienda sobre el Poder Ejecutivo.
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La performance 18 es de la serie El cuerpo de la memoria. La acción fue realizada por la artista Janet Toro en el puente Pedro de Valdivia, Santiago, en 1999.
Esta fotografía ha sido temporalmente removida de la muestra, pues está siendo exhibida del 12 de octubre al 7 de diciembre en The body of memory, en la Peltz Gallery de la Universidad de Birkbeck, Londres.
Te damos la bienvenida a Resonancias Trasandinas: Memorias de futuro. Conmemoración de los 50 años del golpe de Estado en Chile y 40 años de democracia en la Argentina.
Si lo deseas, en esta sección podrás inscribirte para certificar tu participación en las distintas sedes del encuentro. Debes buscar la sede en el listado más abajo y hacer click para abrir el formulario respectivo. Si quieres certificarte en el seminario completo, debes inscribirte en cada sede.
Recuerda que puedes revisar la programación completa acá.
Sedes:
Casa Central de la Universidad de Chile
Facultad de Filosofía y Humanidades de la Universidad de Chile
Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile
A raíz de los comentarios en torno a publicación “Donde vive el arte en América Latina” (Editorial Art Consulting Tool, 2021), el Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile aclara que:
Este es el registro del relato radial, minuto a minuto, del periodista Ignacio González Camus, el 11 de septiembre de 1973, en el momento exacto del bombardeo al Palacio de La Moneda.
La exposición Dos minutos y medio para el mediodía del 11 de septiembre de 1973, del artista Fernando Prats, está contenida en una reflexión a partir de este audio, donde el humo y el tiempo adquieren un valor y presencia innegables. La tragedia de la historia y el tiempo que ha dejado huella en nuestra conciencia.
Prohibido el uso parcial o total que no tenga otro fin que ser oído.
Sobre Ignacio González Camus
Periodista de la Universidad de Chile (1965). Fue jefe de prensa de Radio Presidente Balmaceda, clausurada y sometida a censura previa varias veces por la dictadura militar, y presidente del Colegio de Periodistas entre 1984 y 1987, rol en el que desarrolló una tenaz lucha por la libertad de expresión. A partir de 1990 fue subdirector de prensa de TVN y jefe de prensa de Canal 11, así como director del diario La Nación. El mismo año de la publicación de El día en que murió Allende (1988) fue galardonado con el Premio Alfredo Moreno Aguirre de Embotelladora Andina, en reconocimiento a la calidad de un trabajo periodístico que le significó dos años de investigación, con entrevistas dentro y fuera de Chile. Además, González Camus es autor de Olor a miedo (Cesoc, 1991) y ha sido profesor de periodismo de investigación en las universidades Diego Portales y Andrés Bello.
(Fuente editorial Catalonia)
En la imagen, la obra Doce horas con diecisiete minutos del 11 de septiembre de 1973. Humo sobre vidrio. 12 x 77 metros.
El Museo de Arte Contemporáneo de la Universidad de Chile inauguró el pasado viernes 18 de noviembre su tercer ciclo de exhibiciones 2022 en su sede de Quinta Normal. Se trata de una selección de seis muestras que continúan con las celebraciones del aniversario número 75 del MAC. En esta instancia participaron: Melisa Campitelli, jefa de la sección de cultura de la Embajada de Argentina en Chile y Fernando Carrasco, decano de la Facultad de Artes de la Universidad de Chile.
En esta ocasión, MAC Quinta Normal presenta a artistas que exploran, visibilizan y explicitan los procesos de trabajo en diferentes proyectos, desde múltiples formatos. Las exhibiciones ahondan en las etapas previas de creación y de investigación de diversas prácticas como el grabado, las producciones audiovisuales, e incluso de procesos artísticos vinculados a rituales espirituales. En paralelo, hay otra selección de exhibiciones que invitan a los visitantes a cuestionar la perspectiva desde la cual los individuos se han situado históricamente en el mundo. En dos muestras, el humano deja de ser una especie dominadora del mundo y pasa a ser un cohabitante, en simetría con todas las otras especies. Las exhibiciones estarán abiertas hasta el 26 de enero de 2023.
“Noviembre es un mes particularmente importante para nosotros, pues es el aniversario n°180 de nuestra Universidad de Chile, en este marco, y celebrando también los 75 años del MAC, nuestra sede de Quinta Normal apertura con una serie de exhibiciones que profundiza en las tensiones del arte contemporáneo”, cuenta Daniel Cruz, director del MAC. “En este período de muestras, invitamos a nuestros visitantes a adentrarse en los diversos procesos creativos, de investigación y recopilación de los artistas, a través de exhibiciones que transparentan las etapas previas de una obra”, continúa el director.
En paralelo a las exhibiciones, dos obras del artista nacional Alejandro “Mono” González estarán siendo restauradas en el patio sur del museo, en horario de apertura a público. Con esto, se abre a los visitantes la posibilidad de ser testigos de procesos museales que habitualmente son cerrados. Las fechas y horarios de restauración serán informadas en mac.uchile.cl y en nuestras redes sociales. “La obra de “Mono” González, reconocido muralista, habla de una apertura a la ciudadanía y habla de la colectividad. Honrando estas premisas es que hemos querido abrir estas instancias de trabajo que suelen ser cerradas. También, nos abrimos a nuevos proyectos con el artista, esperamos poder entregar detalles pronto”, comentó el director del MAC.
Además, MAC Quinta Normal se suma al recientemente inaugurado Circuito Matta Cultural, exhibiendo la escultura “Atlantine”, donada en 2016 a la Universidad por Germana Ferrari. “Es un privilegio el poner a disposición el acervo de la Universidad de Chile para abrir este circuito. Somos un museo situado, vinculado con el patrimonio, con otras instituciones, pero sobre todo con las audiencias y con los nuevos vínculos que con ellas se puedan formar. Roberto Matta, sus obras y su legado, son el vehículo perfecto para volver a encontrarnos, para rehabitar y revisitar nuestra ciudad, y para pensar nuevas maneras de hacer”, explica Daniel Cruz sobre el circuito que también incluye hitos en MAC Parque Forestal, el Palacio La Moneda, Metro de Santiago (estación Quinta Normal) y el Museo de Artes Visuales MAVI UC.
Sobre las exhibiciones de MAC Quinta Normal
En Suspiros de Cristal. Telenovela y transformación social, Carla Garlaschi invita a vivir una ficción en torno a una teleserie. En la obra de Garlaschi, el museo es ocupado como estudio de grabación y las protagonistas son mujeres decididas a conseguir lo que se han propuesto. La obra, además de abrir la discusión en torno al mundo de las producciones audiovisuales y la industria que las rodea, transita por el feminismo, la inmigración y las disidencias sexuales. En sala se muestra el piloto del primer capítulo y escenas del tras bambalinas y del equipo que estuvo a cargo de la producción.
Grabado / Poéticas reúne a los académicos del Departamento de Artes Visuales de la Universidad de Chile, Francisco Sanfuentes y Sebastián Robles. Una selección de aguafuertes, serigrafías, impresiones en otras técnicas e instalaciones, sirven como un muestrario de las posibilidades del grabado. La muestra, una invitación a académicos de la Universidad a exhibir en el MAC que ya tuvo su primera versión en MAC Parque Forestal, se abre a debatir las nociones de reproducción, trabajo en serie, el registro versus el paso del tiempo y el inevitable deseo de permanencia.
Más de 30 artistas de las regiones del Bío Bío, Maule, Ñuble y Metropolitanas se reúnen en Vox Populi. Lira Popular Contemporánea. Edición a color. Inspirados en la tradición de la lira popular, artistas plásticos y poetas presentan ediciones inéditas e impresiones a color bajo el agitado contexto actual. La muestra funciona como un gran cuerpo de obra colectiva, relevando el oficio y la disciplina del grabado. Además, se incorpora el color a una lira de volantes impresos, tradicionalemente en blanco y negro, que se amplía y se suscribe a la práctica de las artes visuales contemporáneas. Artistas: Américo Caamaño, Boris Campos, José Agustín Córdova, Sebastián Clover, Cristóbal Salazar, Marco Durán, Fabiola Mosso, Sonia González, Claudia Cifuentes, Pablo Mena, Johanna Cofré, Pedro Fuentealba, Christian Rodríguez, Tiare Diamanda, Karen Muñoz, Valeria Duque, Sergio Méndez, María José Sepúlveda, Camila Pinto, María Luisa Aravena, América Valdés, Cristina Bravo, Juan Morel, Vilka Ansky, Hualpén Suarez, Claudio Lazcano, Ingrid Álvarez, Eduardo Soto, Ismael Rivera, Daniela Sepúlveda.
Jimena Brescia presenta Experiencias de desmaterialización, con la curaduría de Mariana Rodríguez Iglesias. La muestra reivindica los saberes desde la intuición, la magia y la tradición de los rituales. Basada en prácticas chamánicas de antepasados, Jimena Brescia, produce obras con la lógica del DJ, quien edita y mezcla. La artista se vale de materiales descartados que al componerse con otros dan cuenta de relaciones de fuerzas inéditas, de vínculos materiales y sensibles hasta el momento inexplorados, percibiendo lo que de otra forma sería indecible: las tendencias de la energía que circula de un hierro torneado a un cuero seco, o de un manojo de sogas a un pedazo de chapa dibujada de óxido. Este modo de actuar –corpóreo, material, intuitivo y mágico– es característico de la obra de Brescia y forma el espíritu de esta exhibición.
Rodrigo Arteaga vuelve al MAC, con la curaduría de Carolina Castro Jorquera, con la exhibición Punto de vista. La muestra da continuidad a las exploraciones e inquietudes del artista en torno a la manera en que se perciben aquellos seres y formas con las que se coexiste, invitando a redireccionar paradigmas y entender la humanidad como cohabitante de un mundo que no es el propio. Esta exposición tiene su origen en una expedición a la Reserva de la Biósfera Cabo de Hornos donde se encuentran los bosques más australes del planeta que son el hogar de más de mil especies de musgos, hepáticas y líquenes, seres de gran relevancia para el monitoreo del cambio climático. Traerlos simbólicamente al espacio del museo es una invitación a volver a mirar de cerca y sentirnos parte del mundo natural.
En una nueva curatoría educativa de EducaMAC, la Unidad de Educación del MAC, se presenta Jardines Especulativos. Experiencias multiespecies entre el museo y la escuela. Se trata de un proyecto de mediación y creación artística que EducaMAC ha desarrollado junto a Liceos de diferentes ciudades del país durante este semestre a través de encuentros telemáticos y también en el mismo espacio escolar. La propuesta ensaya una continuidad de la investigación que se inició en 2021 sobre el uso de la ciencia ficción como recurso pedagógico para imaginar posibilidades de regeneración en un mundo en crisis. Para ello se adaptaron algunas ideas y conceptos de la bióloga feminista Donna Haraway como lo multiespecie, la otredad y lo especulativo para hacer nuevos nudos entre arte, educación y ciencias, en un contexto social y político removido por profundos procesos de transformación que han evidenciado la necesidad del encuentro con otros.
Horarios de visita:
De martes a sábado de 11 a 17.30h
Lunes, domingos y festivos cerrados